INTENSITO Y BRAVUCÓN

¡Hola! Soy Laura. E igual que el resto de la humanidad tengo cerebro y corazón, aunque los míos… los míos son la repera, me tienen medio loca y pretenden llegar a entenderse para que decida darle una oportunidad a Marcos.
¿Qué quién es Marcos? Pues un chico normal, simpático. Majo.
Pero es que también está Dani, y Dani es… ¡un demonio en la tierra! ¿Lo entiendes? Su sola presencia quema por dentro. Ya está, lo he dicho.
¿Hace falta que te aclare quién me grita que vaya a por Dani a muerte?
Tranquila, sé que no es necesario.
Oye, estos dos hace rato que quieren que los presente. Insisten en afirmar que son los verdaderos protagonistas de esta historia, que no es otra que la mía, pero bueno, les daré el gusto.

1 EL NUDO EN LA GARGANTA
Intensito: ¡Pero lo has visto! ¡¡Lo has visto!!
Bravucón: Es vidente. Oye, si te vas a poner intensito otra vez, paso de hablar contigo.
Intensito: Claaaro. Ojos que no ven corazón que no siente. ¡Pero me has dejado ver!
Bravucón: Ya estamos. No puedes culparme de las acciones de los demás. Pasa de él de una puñetera vez y piensa en cosas bonitas. Por ejemplo… céntrate en el culo de Marcos. Míralo, ahí, a punto de tirar al billar. ¿No nos puede gustar ese? Yo me lo comía con patatas, es majo y creo que le gustas. ¿No has sentido nada? El otor es un chulo.
Intensito: ¡Qué fácil se ve todo desde las alturas y la frialdad! Que no soy un interruptor, ¡a ver si te enteras!
Bravucón: Te agradecería que dejaras de gritar y contuvieses las ganas de llorar, que me das mucho trabajo, joder. Este no es lugar para niñerías. Siempre igual, es ver a Dani con otra y perder la cordura.
Intensito: Pero, pero…
Bravucón: La hostia, ya ni tragar podemos. Anda, vamos para casa y allí te fustigas todo lo que te apetezca.
Intensito: No sé.
Bravucón: Pues yo sí. Tira.
2 EL AUTOENGAÑO
Intensito: ¡Hemos quedado a comer con Dani!
Bravucón: No es así, pero vale.
Intensito: ¡Ya estamos!
Bravucón: Solo aviso, que nos conocemos.
Dos horas más tarde…
Bravucón: Ni tan siquiera sé qué hacemos aquí. ¡Yo! Que se supone que soy el racional, ¿eso no te dice nada?
Intensito: Shhh, calla. No molestes.
Bravucón: Pero ¿has notado algo?
Intensito: ¡Claro! Deja de interrumpir.
Bravucón: No escuchas y se liará. Ya verás.
Intensito: Mmm….
Bravucón: ¡Uff! Mira que eres difícil. Si es que no me extraña que pase de ti.
Intensito: No pienso dejar que me controles. ¡Entérate de una vez!
Sesenta minutos después.
Intensito: Oye, que solo habla de locales.
Bravucón: Ya.
Intensito: Que intento hablar de otra cosa y vuelve a lo mismo.
Bravucón: Es que habéis quedado porque eres agente inmobiliario. Lo sabes, ¿verdad?
Intensito: Psss.
Bravucón: No te pongas intensito, pero es que tengo que decirte que no le interesas.
Intensito: Pues podrías avisar antes, que menuda chapa me estoy comiendo.
Bravucón: ¡La hostia! Mejor me callo.
Intensito: ¡Ves! No tienes ni idea de lo que es la comunicación. Y este que no cierra el pico, ¡no me importa si necesita espacio para cinco coches!
Bravucón: Pues debería. En fin, acepta la invitación de Marcos, hazme caso. Tiene algo.
Intensito: Es normalito.
Bravucón: Atento, divertido; te mira distinto.
Intensito: Mientes para salirte con la tuya.
Bravucón: Lo único que pretendo es no morir de aburrimiento. Palabrita.
Intensito: Hecho. ¿Cómo nos deshacemos de este?
Bravucón: ¿De tu Dani?
Intensito: Era un decir.
Bravucón: Pues llevas un par de mesecitos majos. Para un Óscar a la mejor drama queen.
Intensito: Exagerado.
Bravucón: De toda la vida, vamos. De los dos, yo soy el que magnifica las cosas.
Intensito: Míralo, solo hace que parlotear de su local, su futura empresa. ¡Hombre! Y ahora de su coche. Y mira que está bueno el tío, pero es un pelín egocéntrico, ¿o son cosas mías?
Bravucón: Es broma, ¿verdad?
Intensito: ¿El qué?
Bravucón: Nada, hijo, nada. Pero quedamos con Marcos.
3 EXPECTATIVAS
Intensito: ¡Un viernes! No me lo puedo creer. Teníamos que quedar ¡un viernes!
Bravucón: ¡Ya estamos! Respira, anda, que te colapsas por nada.
Intensito: Eso, ríete.
Bravucón: Es que no le veo el problema. ¿Qué más dará el día de la semana? Una cita es una cita.
Intensito: No pronuncies esa palabra que me da grima.
Bravucón: ¿Qué ha hecho Marcos para que te guste tan poco?
Intensito: ¡Nada! No me hace sentir nada. Ese es el problema.
Bravucón: Me lo prometiste.
Intensito: ¡No! Que ir, lo que se dice ir, vamos. Pero en estado sólido, témpano de hielo total.
Bravucón: Ese no es plan, dale una oportunidad. Me lo agradecerás.
Intensito: ¡Uix! Lo que has dicho: viernes, una cita, Marcos, más frío que calor. Agradecer poco.
Bravucón: Ya no te acuerdas de Dani, ¿verdad? De que te salvé de su ego.
Intensito: ¡Oh! Mira que tienes mal fondo.
Bravucón: Memoria, eso es lo que tengo.
Intensito: Pues yo sentimientos. Alocados, intensos, inesperados…
Bravucón: Una jodida bomba, no me lo recuerdes.
Intensito: ¿Qué crees que pasará?
Bravucón: Que lo verás como yo lo veo. Será lento, bonito y para toda la vida.
Intensito: Mierda.
Bravucón: ¿Qué?
Intensito: ¿Quién eres tú y qué has hecho con mi cerebro?
Bravucón: Yo me parto contigo, en serio. ¿Tú que crees?
Intensito: Cena, billar y despedida incómoda, ese es nuestro futuro.
Bravucón: Chaval, estás tan equivocado que en media hora te tiene latiendo a toda leche.
Intensito: Exagerado.
Bravucón: ¿Qué te juegas?
Intensito: Si tengo razón, el sábado, me dejas bailar con el primer desconocido buenorro que se cruce en nuestro camino sin dar la brasa. Si tú tienes razón te daré las gracias.
Bravucón: Lo veo descompensado.
Intensito: Y lo es. Pero tener razón te mola tanto que aceptarás.
Bravucón: Hecho. Pero si pierdo, que el buenorro sea rubio, que Marcos es moreno y me lo recordaría demasiado.
4 LA CITA: PARTE 1
Bravucón: Estás muy callado.
Intensito: Shhh.
Bravucón: En serio, me tienes preocupado.
Intensito: ¿Te puedes creer que su trasero me tiene loco?
Bravucón: ¡¡Qué!!
Intensito: Sí, lo has mirado con fijeza cuando ha ido a la barra y ¡zas! La imagen se ha quedado rebotando entre mis ventrículos.
Bravucón: La hostia, menudo peligro tienes.
Intensito: Eso te pasa por mirar. ¿Qué necesidad tenías? Venga, contesta a eso, listo.
Bravucón: Pero si hasta ahora ni fu ni fa. Que si tempanito de hielo, estado sólido. Eso me decías. ¿Qué más da una ojeadita?
Intensito: Juegas sucio. Y he cambiado de opinión.
Bravucón: ¿Por un culo?
Intensito: Sí. Es que me atraía Dani y claro, a Marcos solo le miraba a la cara. Hasta hoy.
Bravucón: ¡La madre que te parió! Pero si yo siempre le repaso. A mí me gusta.
Intensito: ¡Uix! Pero es que yo no le veía, que estaba Dani. Y si comparamos, mejor lo dejamos.
Bravucón: Oye…
Intensito: Cállate de una vez. Tus quejidos no me dejan escuchar a Marcos.
Bravucón: ¿Ya no te interesa solo su trasero?
Intensito: No seas idiota. Le miras a los ojos, construyes frases coherentes y elaboradas para responder a sus preguntas, hay algo. Si tenemos suerte puede que yo me acelere y esta noche toquemos culo y saquemos provecho todos. Que Marcos está predispuesto, se le ve.
Bravucón: Eres un pervertido.
Intensito: ¡Omg! Y a ti te gusta.
Bravucón: Sí, pero solo porque es con Marcos.
Intensito: Anticuado.
Bravucón: Me debes un «gracias».
Intensito: Ni lo sueñes. He pasado del estado sólido al líquido; hasta que no haya vapor no descarto salir mañana de caza.
Bravucón: No seas orgulloso. Admite que es majo y tiene su punto. Solo eso.
Intensito: Vale. Admito.
Bravucón: Y que el chiringuito este que se ha buscado para sorprendernos está de puta madre.
Intensito: Admito.
Bravucón: Y que te gusta más de lo que dices.
Intensito: Admito. ¿Te callas?
Bravucón: Ahora sí.
5 LA CITA PARTE 2
Intensito: ¡Pero qué le has dicho!
Bravucón: ¡Eing! ¿Yo? Nada.
Intensito: Le has dicho algo, nos mira raro. ¿Dónde estabas?
Bravucón: Dani acaba de entrar en el bar y le he hecho un repaso.
Intensito: ¿¡Y desde cuándo te miras a Dani!?
Bravucón: ¿Yooo? ¡De nunca! Ha sido solo un segundo. Escaneo general y caída de pestañas. Solo para que vea lo bien acompañados que estamos. ¿Por qué estás acelerado?
Intensito: Porque le has dicho algo. ¡Y se le ha arrugado el morro!
Bravucón: ¿Y tú por qué no lo sabes?
Intensito: No sé, ¡has desconectado y no me he enterado de nada!
Bravucón: Solo he pensado «te jodes».
Intensito: Mierda. Se te habrá escapado.
Bravucón: Que no, imposible.
Intensito: Imposible, imposible. ¡Nada es imposible! Mírame a mí. Que pasaba de Marcos y ahora estoy preocupándome de lo que has soltado por esa bocaza.
Bravucón: ¡Oh!
Intensito: ¿Qué?
Bravucón: Sonríe.
Intensito: ¿Perdona?
Bravucón: Que sonrías.
Intensito: De verdad que me pones al límite, ¿qué ocurre?
Bravucón: Que no he dicho nada. Le ha molestado el repaso, no le quita el ojo de encima a Dani.
Intensito: ¿En serio?
Bravucón: Ajá.
Intensito: ¡Qué bien lo has hecho colega! Lo tenemos en el bote. ¿Deberíamos dejarle claro que ya no nos interesa Dani?
Bravucón: ¿Interesa? ¿En plural? Menuda jeta tienes.
Intensito: Ya me entiendes. ¿Lo hacemos?
Bravucón: Nooo. Antes de correr hay que aprender a andar.
Intensito: ¡Qué listo eres, bravucón!
¡Hasta aquí la historia de Laura, intensito y bravucón!
Espero que la hayas disfrutado.